INVENTOS ARGENTINOS

MENTES INQUIETAS LOS CREADORES AHORA PIENSAN EN EL DESTINO COMERCIAL ANTES DE PATENTAR UN OBJETO
Inventos argentinos, en busca de un lugar en el mercado



En el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial se registró un 25% más de diseños y modelos industriales que en 2002.


Gabriel Giubellino
ggiubellino@clarin.com


De una buena vez, hay que olvidarse del estereotipo del inventor obsesivo, delirante, generador de ingeniosas cosillas de dudosa utilidad. Con datos del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) se puede decir que hoy los creadores argentinos están buscando, además de un lugar en la posteridad, una plaza en el mercado para sus productos y servicios. Este año fue registrado un 25% más de diseños y modelos industriales que el año pasado. Y el registro de marcas creció 66%.

Los números de 2003 indican que hay 1.250 modelos nuevos, contra 1.000 del año pasado. En cuanto a marcas, se presentaron 70.000 solicitudes, contra las 42.000 de 2002. Esto supera, inclusive, el récord de los últimos años, las 64.000 marcas presentadas en 1999.

"Hay un mayor desarrollo económico, porque estos registros reflejan la situación de la economía", dice el contador Mario Aramburu, presidente del INPI.

Las lecturas son varias. Si hay más marcas, dicen en el INPI, es porque las grandes empresas se apuraron a ofrecer segundas marcas a precios más bajos, o a reemplazar con productos propios a los importados. También estos tiempos difíciles transformaron a más de uno en emprendedor, que salió a defender su trabajo con un registro.

En cuanto al registro de patentes, el trámite más complejo de los que se hacen en el INPI, el número de pedidos se mantiene en 4.500 anuales. Pero ha cambiado el perfil del solicitante.

"Antes mucha gente registraba casi por satisfacción personal —contaron en el INPI—. Ahora vemos que se piensa más seriamente en el destino comercial, en la continuidad productiva".

Sebastián Ackerman, coordinador del área de capacitación del Centro Metropolitano de Diseño, entiende que esta tendencia tiene dos explicaciones: "Por un lado, hay una mayor conciencia. Por otro, se está reactivando la industria que había desaparecido en estos 10 años. Y el primer lugar que registra el arranque de nuevos emprendimientos es el área de patentes y marcas".

Daniela Maturano, de 39 años, arquitecta y diseñadora de muebles y dueña de su local, "De Casa", en Lomas de Zamora, es una de las creadoras nacionales que registró este año su diseño. En su caso, una reposera con dos piezas curvas que se encastran y puede hacer las veces de silla también.

"También registré muebles de jardín, que mostramos en algunas exposiciones. Son muebles de madera nativa, eucaliptos, muy fácilmente exportables. El problema —dice— es que el registro sólo te sirve para la Argentina".

Antonio Gabancho, socio de la fábrica de juguetes de madera Magictoys, cuenta que este año protegieron el diseño de juguetes de arrastre de movimiento articulado. "Registramos por una necesidad de salvaguardar lo que estás haciendo, pero te sale caro. Si bien el trámite de iniciación sale 100 pesos, después vienen otros gastos. Si, como en nuestro caso, vas a registrar varios juguetes, te gastás unos cuantos pesos sin saber si vas a vender o no".

En el INPI señalan que, en promedio y según las observaciones que se le hagan a cada presentación, registrar una marca cuesta 300 pesos, un diseño, 200, y una patente, desde el momento que es solicitada hasta que es entregada, unos 1.200. Y que falta "cultura patentaria", debido a la idea de que el trámite es inaccesible.

Los creadores se quejan. Eduardo Fernández, de la Asociación Argentina de Inventores (www.inventores-aai.org) señala: "Los gobiernos no se dan cuenta de que los inventores pueden generar fuentes de trabajo y divisas. Hay incompetencia, falta de visión y de recursos. El INPI, que debería ser una institución estratégica, no funciona bien".

Inventores al fin, tienen sus ideas para favorecer el rubro:

# "Crear un registro único de modelos y patentes para todos los países del Mercosur. Si quiero vender mis muebles a Brasil, tengo que hacer el trámite allá." (Daniela Maturano, diseñadora).

# "Formar un organismo integrado por gente competente que analice, detecte y apoye los inventos rentables. Y que ayude a los inventores a patentar en los países del mundo. El autor podría compartir con el Estado las divisas que genere la novedad en otros países" (Dante Guarnieri, inventor).

# "Volver al régimen de tasas anterior a la Ley de Patentes, que disparó el costo y agregó la obligación de pagar una anualidad, de unos 150 pesos, para mantener la patente. Si uno tiene varios inventos, se vuelve impagable. Necesitamos normas específicas para los inventores independientes" (Pedro Santana, inventor).

Como se ve, la lamparita de los inventores no se enciende solamente para dar soluciones innovadoras a viejos problemas. Están tan preocupados por sus bolsillos como por sus creaciones.

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